El 1491 Boabdil, últim rei nassarita, capitulà davant dels Reis Catòlics i negocià el lliurament de Granada. En entrar els reis a la ciutat, començà la tasca de convertir els musulmans a la fe cristiana utilitzant mètodes pacífics. Per juliol de 1499, els reis visitaren Granada i quedaren sorpresos de l’aire tan musulmà que encara s’hi conservava. Encomanaren, doncs, al cardenal Cisneros que els mudèjars foren persuadits amb més duresa de convertir-se al cristianisme. Els mitjans de pressió foren efectius. Uns milers de musulmans reberen les aigües del baptisme. La major part, però, continuà mantenint la seua llengua, els seus costums i l’antiga religió, com ho proven els textos aljamiats, escrits en romanç amb grafia àrab. Heus ací com veia els mudèjars un historiador coetani, Luis del Mármol Carvajal:
...y si con fingida humildad usaban de algunas buenas costumbres morales en sus tratos, comunicaciones y trajes, en lo interior aborrecían el yugo de la religión cristiana, y de secreto se doctrinaban y enseñaban unos a otros en los ritos y ceremonias de la secta de Mahoma. Esta mancha fue general en la gente común, y en particular hubo algunos nobles de buen entendimiento que se dieron a las cosas de la fe, y se honraron de ser y parecer cristianos, y destos tales no trata nuestra historia. Los demás, aunque no eran moros declarados, eran herejes secretos, faltando en ellos la fe y sobrando el baptismo, y cuando mostraban ser agudos y resabidos en su maldad, se hacían rudos e ignorantes en la virtud y la doctrina. Si iban a oír misa los domingos y días de fiesta, era por cumplimiento y porque los curas y beneficiados no los penasen por ello. Jamás hallaban pecado mortal, ni decían verdad en las confesiones. Los viernes guardaban y se lavaban, y hacían la zalá en sus casas a puerta cerrada, y los domingos y días de fiesta se encerraban a trabajar. Cuando habían baptizado algunas criaturas, las lavaban secretamente con agua caliente para quitarles la crisma y el oleo santo, y hacían sus ceremonias de retajarlas, y les ponían nombres de moros; las novias, que los curas les hacían llevar con vestidos de cristianas para recibir las bendiciones de la Iglesia, las desnudaban en yendo a sus casas y vistiéndolas como moras, hacían sus bodas a la morisca con instrumentos y manjares de moros…
...y si con fingida humildad usaban de algunas buenas costumbres morales en sus tratos, comunicaciones y trajes, en lo interior aborrecían el yugo de la religión cristiana, y de secreto se doctrinaban y enseñaban unos a otros en los ritos y ceremonias de la secta de Mahoma. Esta mancha fue general en la gente común, y en particular hubo algunos nobles de buen entendimiento que se dieron a las cosas de la fe, y se honraron de ser y parecer cristianos, y destos tales no trata nuestra historia. Los demás, aunque no eran moros declarados, eran herejes secretos, faltando en ellos la fe y sobrando el baptismo, y cuando mostraban ser agudos y resabidos en su maldad, se hacían rudos e ignorantes en la virtud y la doctrina. Si iban a oír misa los domingos y días de fiesta, era por cumplimiento y porque los curas y beneficiados no los penasen por ello. Jamás hallaban pecado mortal, ni decían verdad en las confesiones. Los viernes guardaban y se lavaban, y hacían la zalá en sus casas a puerta cerrada, y los domingos y días de fiesta se encerraban a trabajar. Cuando habían baptizado algunas criaturas, las lavaban secretamente con agua caliente para quitarles la crisma y el oleo santo, y hacían sus ceremonias de retajarlas, y les ponían nombres de moros; las novias, que los curas les hacían llevar con vestidos de cristianas para recibir las bendiciones de la Iglesia, las desnudaban en yendo a sus casas y vistiéndolas como moras, hacían sus bodas a la morisca con instrumentos y manjares de moros…
L’autoritat reprovava la fidelitat a l’Islam, que ara combatia, mitjançant la Inquisició, ara tolerava, esperant una futura conversió. Molts mudèjars se sentien, però, enganyats pels cristians, que el 1491 els havien garantit la pràctica de la religió islàmica. Pel gener de 1500, fou assassinat un oficial del cardenal Cisneros. La posterior repressió desfermà una revolta popular a l’Albaicín. La rebel·lió s’estengué per tota la serra de las Alpujarras, arribant fins Almería i Ronda. Els reis contestaren amb una forta repressió militar comandada pel comte de Tendilla. Com que, a parer dels cristians, els mudèjars havien trencat el pacte de 1491, es dictà la Pragmàtica de 1502, que ordenava la conversió o expulsió de tots els musulmans del regne de Granada, exceptuant els barons menors de catorze anys i les xiquetes menors de dotze.
Per tal d’evitar l’exili, una gran majoria optà per la conversió al cristianisme. Els mudèjars de tota Castella també hagueren d’anar a les esglésies a batejar-se. Se’ls preguntava quin nom volien i, en cas de no entendre bé la llengua romanç (cosa que passava sobretot a l’antic regne de Granada) o no tenir ni idea de cap nom, rebien el de Fernando, si eren homes, o Isabel, si eren mullers. La conversió fou general a tot arreu. A partir d’aqueixa conversió forçada, els mudèjars castellans deixaren oficialment de ser-ho i passaren a ser denominats moriscos, expressió que tenia un matis clarament pejoratiu. A València, el terme morisc es generalitzaria a partir dels bateigs en massa de què foren objecte per part dels agermanats en 1521 i 1522.
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