tag:blogger.com,1999:blog-4712486593081342309.post1955999285243323606..comments2024-03-27T09:34:19.189+01:00Comments on xàtiva; punts de vista: El cometa era una supernovaXimohttp://www.blogger.com/profile/10847600622050447093noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-4712486593081342309.post-26949745756881351672015-12-29T23:01:51.848+01:002015-12-29T23:01:51.848+01:00No m'hagués importat estar-hi. En realitat, he...No m'hagués importat estar-hi. En realitat, he passat una nit de Nadal prou dolenta, perquè havia pres un enorme refredat que m'impedí sortir de casa. Quant al contingut del teu comentari, és massa extens, cosa que m'impedeix glossar-lo amb un mínim de rigor. En tot cas, et diré que no compartisc una de les seues assercions. La natura humana no inclou "necessàriament" la vocació religiosa —si estigués inclosa, s'hauria d'cceptar, evidentment, que la seua extirpació implica amputació. Conec persones que viuen molt felices sense pensar en cap déu. Jo em considere una persona feliç. (Això sí, tenint en compte que la felicitat s'experimenta a dosis; la vida és una barreja de moments bons i dolents.) Pel que fa al títol del meu article, era purament retòric —com supose que hauràs captat. Que el llum de Betlem fos un cometa o una supernova no és allò més important que volia expressar. Bon any 2016.Ximohttps://www.blogger.com/profile/10847600622050447093noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4712486593081342309.post-54805957799658415332015-12-29T12:02:54.256+01:002015-12-29T12:02:54.256+01:00continuació
Muchas personas sienten, en medio de l...continuació<br />Muchas personas sienten, en medio de los regocijos navideños, una suerte de dolor sordo o sentimiento de amputación, que a veces se identifica con una nostalgia de la inocencia perdida; pero que en realidad es conciencia dolorida de que el sentido originario de la fiesta les ha sido arrebatado, y con él la posibilidad de una genuina felicidad. El hombre contemporáneo persigue la felicidad como si de una fórmula química se tratase; pero esta búsqueda suele saldarse con un fracaso, pues en el mejor de los casos obtiene una sensación efímera de bienestar, o bien un placebo euforizante, apenas un analgésico que le distrae por unos pocos días el dolor en sordina que lo martiriza. Y este dolor (que a veces se presenta como hastío o tedio de vivir, a veces como indolencia y acedia, a veces como desesperación y angustia) es la consecuencia directa de una amputación. No hay felicidad sin una aceptación íntegra de nuestra naturaleza, que incluye una vocación religiosa; y tal vocación no se puede extirpar sin un grave menoscabo de nuestra propia naturaleza. El hombre contemporáneo, al negar su vocación religiosa, se ha convertido en un ser amputado y, por lo tanto, infeliz; y, como el manco que en los días que anuncian tormenta siente un dolor fantasmagórico en el brazo que le ha sido arrancado, el hombre contemporáneo siente más que nunca esa amputación en las fechas navideñas.<br /><br />«Quitad lo sobrenatural y no encontraréis lo natural, sino lo antinatural», nos enseña Chesterton. Quitadle a la Navidad su cataclismo sacro, ese trastorno del universo del que hablábamos más arriba, y no encontraréis la verdadera fiesta, sino su parodia grotesca y antinatural: consumismo bulímico, humanitarismo de pacotilla, torpe satisfacción de placeres primarios; correteos, en fin, de un gallo al que han arrancado la cabeza y que bate las alas desesperadamente, mientras se desangra y agoniza. JUAN MANUEL DE PRADA. <br />Ximo, et conec des dels temps de portar "delantalillos" en l'antic col·legi dels Padres Claretianos, i de veres que m'haguera agradat veure't allí a tu també.Bon any 2016.JUANJoXATIVÍnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4712486593081342309.post-52106330197198989722015-12-29T12:01:16.751+01:002015-12-29T12:01:16.751+01:00Hola Ximo, bones festes. jo sóc un dels quals v...Hola Ximo, bones festes. jo sóc un dels quals van assistir a la Missa de Nadal a Xàtiva, i poc ens importa si va ser cometa, supernova,etc, o si va ser 25 de desembre o de novembre, etc. El que ens interessa és açò :<br /><br />Decía Chesterton que en Navidad celebramos un trastorno del universo. Adorar a Dios significaba hasta la Navidad alzar la mirada a un cielo inabarcable que nos estremecía con su vastedad; a partir de la Navidad, adorar a Dios significa dirigir la mirada hacia el interior de una cueva lóbrega, para reparar en la fragilidad de un niño que llora en un pesebre. Las manos inmensas que habían modelado el universo se convierten, de súbito, en unas manos diminutas que tiemblan en el frío de la noche y buscan el calor del pecho de su Madre. Divinidad y fragilidad habían sido hasta ese momento conceptos antitéticos; pero la Navidad los obliga a juntarse, en un pasmoso oxímoron que hace tambalear nuestras certezas y subvierte por completo nuestras categorías mentales. Los hombres, que desde la noche de los tiempos se habían arrodillado ante la furia apabullante de los elementos, deciden arrodillarse de repente ante un recién nacido, mucho más pequeño y desvalido que ellos mismos, pues ni siquiera ha podido ser alumbrado en una posada. Ante una tempestad o una lluvia de estrellas uno puede arrodillarse con miedo; ante un niño que ha nacido en una cueva, como un proscrito, uno sólo puede arrodillarse con amorosa y emocionada piedad.<br /><br />Pero este oxímoron que celebramos en Navidad enseguida golpea nuestra credulidad. ¿En qué cabeza cabe que un Dios que hasta entonces había sido invisible e incorpóreo, omnipotente y glorioso, tome la apariencia (y no sólo la apariencia, sino también el cuerpo y el alma) de un niño? Semejante cosa sólo podría ocurrírsele a un Dios que estuviese loco de remate; pues no hay locura más rematada que la locura de amor. Al asumir Dios la fragilidad de la naturaleza humana, se inauguró una nueva era de la Humanidad, que desde entonces pudo entender mejor el sentido sagrado de la compasión; pues, desde el momento en que Dios se había hecho frágil como nosotros mismos, resultaba más fácil abrazar la fragilidad del prójimo, volviéndonos nosotros también locos de remate (y, en efecto, la caridad siempre ha parecido una forma insufrible de locura a quienes no la sienten). Por eso la Navidad puede considerarse una fiesta de locos rematados; y por eso, cuando falta el manantial originario de esa locura, se convierte en una fiesta indecente, puro sentimentalismo vacuo que revuelve las tripas y estraga el alma, por mucho que finjamos alegría y regocijo (o, sobre todo, cuando fingimos alegría y regocijo). Pues deja de ser verdadera fiesta, para convertirse en un aspaviento disfrazado de algarabía, atracón de turrones y vomitera nocturna; una sórdida orgía consumista, aderezada con unas dosis de humanitarismo de pacotilla. sigue <br /> JUANJoXATIVÍnoreply@blogger.com